Enmascarando

Se nota cómo en la vida vamos cambiando, desde los gustos por juguetes y por la selección de nuestras comidas hasta la complejidad de nuestras manías... Pero esta vida nunca está hecha para describirla con exactitud, por lo que nuestras actitudes cambian con el tiempo, el momento y la mente; se torna nuestra personalidad por lo que moldea la vida, se va sin si quiera hacérnoslo saber. Creamos máscaras durante el colegio tratando de encajar.. encajar en lo siniestro que nunca necesitaremos más allá de una sociedad falsa y crítica. Pero igual afecta, nos afecta.. y entendemos que la vida es tan imperfecta.

A veces creo que la creación de máscaras es la única solución que encuentra nuestra razón para poder controlar el ambiente, el problema es que cuando nos ponemos aquellas máscaras puede ser que queden plasmadas en nuestro rostro, en nuestro sentir, y toque lo profundo el alma. Modificamos nuestros gustos y formas de hablar, hasta el poder mostrar una falsa sonrisa y una callada emoción... porque no somos más que seres moldeables.

Ya todo ha cambiado en mí que es difícil saber quién fui, quien soy y qué hubo de esencial. Pero tal vez no hay nada malo en cambiar, en tomar pedazos de esas máscaras y crear alguien nuevo, alguien que trata de acoplarse a un mundo tan distinto del que desearía, de lo que toca porque así se dio y se da. No creo ser la única persona que no distingue su esencial, porque cada vez hay tantos como yo que tratamos de ser mejor, de crear un mundo tan de nosotros que termina atrapados en el de ellos, que son una sociedad imperfecta.

Pero siempre quedará aquello que somos, de lo que deseamos ser y lo que ellos ven... Así que habrá que irse moldeando a lo largo de esta vida hasta encontrar el equilibrio donde nos sintamos cómodos y encontrar aquella fuerza que nos recuerde que lo que poseemos está vivo en nosotros, y no en masas ni en pocas personas.